martes, 17 de marzo de 2009

Marejada o Fuerte Marejada

Parece que las aguas andan revueltas en la Pérfida Albión. Según leo en el País, un conjunto de artistas británicos ha dicho basta y empieza a exigir su porcentaje de los beneficios que obtienen las discográficas de los portales digitales. Se veía venir: el pastel cibernético es apetecible y hay demasiadas bocas que alimentar.
Para ello han formado la plataforma FAC en la que aparecen, entre otros, los siempre reivindicativos Radiohead, Gang of Four o el gran Billy Bragg. El objetivo es simple: concienciar al público de que los artistas necesitan una remuneración justa por su trabajo y trabajar con las discográficas por la renovación de la industria.
El debate es complejo y probablemente tendremos tiempo de discutir acerca de los nuevos tiempos musicales (Modern Times by Bob). Sin embargo, parece clara la postura de los artistas británicos de establecer un diálogo abierto con los diferentes actores de la escena musical en busca de un acuerdo global. ¿Alguien se imagina a la SGAE emprendiendo acciones similares? Uno es idealista pero tanto...

El vigía permanece atento ante cualquier novedad.

No os vayáis aún. Hay tiempo de sobra porque en nuestro café no importa el tiempo. La noticia era una mera excusa para poner un poco de música al inicio del blog. Radiohead. Life in a Glasshouse.



Un piano borracho. Un cabaret decadente. Un ritmo que parece extraído de un entierro en Nueva Orleans. El humo invade por fin nuestro humilde café. Radiohead toca en el pequeño escenario. Un escenario crujiente, de maderas roídas y telones rotos. El escaso público permanece atento mientras el camarero impone el silencio a gritos.
La voz quebrada y desnuda se ve extrañamente arropada por una orquestina que parece improvisar sobre la marcha, al dictado del alcohol. Las botellas vacías se amontonan por el escenario. Los vientos se agitan: tendremos marejada. Malditos sonidos que te retuercen y te ahogan en un estribillo asfixiante. Perdido, confundido y acomplejado deseas que pare, que se detenga ese desorden. Bebes y confías en que se acabe el caos. "Somebody is listening..." Por fin calma.
La voz atormentada nos conduce de nuevo hacia lo irreversible, hacia lo definitivo. No, que no vuelva. No quiero más, fue suficiente. El piano fúnebre se crece. El clarinete y la trompeta, en inestable equilibrio, luchan por sobreponerse. La voz... esa voz. La tensión es insostenible.El batería apura el último trago de Bourbon antes de atacar y por fin, exhausto, comprendes que todo tiene sentido: la belleza en nuestro café es tragedia.


Hay café, pastas y restos de alcohol en la sección de comentarios.

Hasta el próximo naufragio.

3 comentarios:

  1. Gracias por estos post tan currados David. Te acabo de dedicar una entrada en mi blog. Espero que te guste, aunque será dificil pues tu blog respira calidad por los cuatro costados. Un abrazo y si te digo que seguiré tu blog con gran interés, puedes creerme: no será una mentira. Un abrazo macho: puedes llamarme Viernes, como HOY.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Martin te pone por las nubes, invítale a un café por lo menos que te está publicitando gratuitamente.

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